El origen de la osteítis alveolar
La osteítis alveolar se origina ocasionalmente en la boca al realizar una extracción dental. No es algo habitual, ya que se suele dar donde la extracción ha sido especialmente difícil. Normalmente ocurre con la extracción de las muelas del juicio, en el maxilar inferior porque se acumulan restos alimentarios fácilmente.
Este problema consiste en un fuerte dolor continuo que afecta la zona donde se ha realizado dicha extracción. El dolor se genera debido al desprendimiento del coágulo que debería formarse en la zona de la extracción. Esto deja descubierto el alveolo, que puede provocar acumulación de restos alimentarios. Dichos restos provocan un retraso en la cicatrización y por tanto, un dolor intenso y problemas de halitosis. El coágulo protege el hueso, los tejidos y los nervios, por ello al desprenderse se vuelve tan doloroso.
¿Cómo se soluciona este problema?
En primer lugar, si no padeces este problema, lo mejor es prevenir su aparición. Si se te extrae un diente, deberías llevar un cuidado de la zona lo mejor posible. Si fumas, dejar de hacerlo durante la recuperación es necesario para evitar cualquier tipo de infección. El uso de enjuagues bucales ayuda a mantener la higiene y previene la osteítis alveolar. De todas formas, lo más recomendable es seguir las indicaciones del especialista.
En caso de padecerlo, es prioritario acudir cuanto antes a la clínica dental para la revisión de un especialista. Para el tratamiento, se llevará a cabo una limpieza del alveolo infectado mediante irrigación y limpieza exhaustiva de la zona. Regularmente se recurre a apósitos sedantes y antibióticos para reducir el dolor que esta infección provoca. Realizar limpiezas con frecuencia hará que este problema desaparezca a los pocos días. Una vez la zona ha cicatrizado, el problema se ha solucionado por completo.
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